España campeona

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martes, 12 de abril de 2016

Cristiano Ronaldo saca pecho

Tras años y años mancillando el espíritu de Juanito, con ouija incluída, el Madrid se planta en semifinales de Champions tras ganar 3-0 al Wolfsburgo con hat-trick de Cristiano. El portugués saborea una noche redonda en la que todos sus seguidores estarán mandando whatsapps y acordándose de sus conversaciones de barra con los amigotes que empequeñecen la figura del portugués.

Cristiano Ronaldo no es, ni será, el mejor jugador el mundo (humildísima opinión). Puede que gane algún Balón de Oro más, casi seguro que repetirá alguna Bota de Oro y por ende, algún Pichichi más. Seguirá siendo el máximo goleador de la Champions y posiblemente pulverice más récords goleadores en la Liga Española.

Pero CR7 es un personaje controvertido. No es un chaval que, de primeras, caiga bien. Su personaje (mucho creo que es un papel) es arrogante, chulo, presumido, egoísta y egocéntrico. Cuando su equipo anota pero él lleva un mal día, él lo hace público, tuerce el gesto, mira al palco donde suele estar su madre, y gesticula, una mueca, otra... Cuando un compañero no le pasa un balón en posición franca, prepárase el culpable para una retahíla de aspavientos; da la impresión que las faltas en la frontal de área son todas para él, cómo si el propietario del balón en un colegio se tratara, no sonríe ni aplaude cuando su enemigo gana trofeos, no esperen de él que salga a aplaudir a la afición cuando su equipo pierde...

Cualquier aficionado del Madrid centra sus críticas en lo mencionado anteriormente, añadiendo un "los compañeros sólo juegan por y para Cristiano", no es un jugador que haga equipo, sólo le marca al Malmoe y al Sporting, ... pues discúlpenme, pero este chaval es un prodigio.

Pasarán muchos años hasta que yo vea marcar a un jugador tantos goles. De todas las posiciones, de todos los sabores y de todos los colores (bueno, la chilena aún se le resiste). Es un profesional de los pies a la cabeza, entrena como el que más, gracias a su preparación, a su cuidado y a sus hábitos, no se lesiona prácticamente nunca (siendo el jugador que más juega de la Liga Española) ni siquiera ha sucumbido a la terrible tentación de la noche madrileña (salvo cumpleaños inoportunos). Tiene un salto imponente, tiene un remate espectacular, ahora que ha perdido velocidad para encarar en la banda, se reconvierte en delantero centro.

Hemos dado como algo normal el marcar más de 50 goles por temporada. A la gente le parece fácil anotar 5 goles a otro equipo de 1ª división; pues oye, yo he visto delanteros excepcionales en mi vida (Ronaldo, Romario, Raúl, Villa, Mijatovic, Henry, Etoo, Zamorano, ...) y no he visto marcar sistemáticamente hat-tricks como lo hace este chico. Claro, me falta Messi, pero ese señor no entra en la comparativa.

Ha marcado en finales de todas las competiciones que ha disputado, en todos los campos de 1ª división, máximo goleador de la Premier League jugando de extremo, máximo goleador de la Liga luchando contra un extraterrestre.

Cristiano no tiene el don que tiene Messi, seguramente haya tenido que trabajar mucho más para conseguir ganar balones de Oro en la época del argentino. Es encomiable, sea por gloria personal o por vanidad, lo insaciable que es, lo exigente consigo mismo, la capacidad de superación que atesora.

Decía un amigo mío, en esas barras de bar que tanto me acompañan, que si Cristiano Ronaldo fuese un chico normal, educado, que sonriese a las cámaras, que fuese adorable con los niños y le dejase el asiento a las abuelas en el metro, este chico sería mucho más reconocido. Y no tengo la menor duda.

PD- Si, Piraña, el de la barra eres tú. ;)

martes, 5 de abril de 2016

FCB Barcelona 2 - Atlético de Madrid 1. Cuando todo el mundo tiene razón

Bueno, tras unos meses sin practicar el noble arte de la escritura y después de una semanita de Clásico y encauzando la fase decisiva de la Champions, no se me ocurre mejor época para volver.

El objetivo de mi escritura es el recién terminado partido de ida de octavos de final entre el Barça y el Atleti, buen bocadito para volver, y además con mucho picante.

Hoy es de esas noches en las que todo el mundo tiene razón, y eso sólo suele pasar cuando existe el mismo "pin-pan-pun" contra el que pegar, el árbitro, el inefable Brych. Pero no hablaremos sólo de él.

El Atlético tiene muchas razones por las que no sentirse afortunado del nombramiento del amigo alemán. El partido se le empieza a escapar de las manos a los colchoneros por una decisión rigurosa en una conducta temeraria de Fernando Torres. Capítulo aparte merece "el niño", pero no adelantemos acontecimientos.
En España, acostumbrados a Pinos Zamoranos, Rafas Guerreros y cia, vemos hasta justificables las 2 amarillas que le sacan al 9 del Atlético, pero sorprenden muy mucho en un arbitraje europeo (casi abonado a las 3 tarjetas por partido, sobre todo al equipo visitante, y los 3 minutos de añadido aunque exista una huída de recogepelotas a partir del minuto 60 y haya más lesionados que en la 2ª Guerra Mundial).

Dicho esto, la 1ª amarilla es clarísima...y la segunda viene de jugar pasado de revoluciones, pero que, sin un campo aclamando dicha amarilla, es un "sigan" de libro.  El resto de quejas del Atlético derivan de la permisividad con Suárez, con patada a destiempo a Juanfran más un manotazo a Filipe, el distinto rasero que utilizó entre Torres y Busquets, las prisas con Oblak desde el minuto 30 de la primera parte del partido de ida, el típico criterio europeo de "balón dividido" es para el de casa...

El Barcelona también puede tener razón. No es noticia que el Atlético juega al límite, Gabi pega mientras pasa silbando por el centro del campo, Lucas hace una entrada a Neymar que rozó la naranja, Filipe estuvo cuanto menos expeditivo en la marca...e inclusive se pueden sentir incomprendidos por no entender tanto revuelo por las amarillas claras de Torres (léase esto último con ironía).

Cuidado con lo que viene ahora...hasta Brych puede creer tener razón! Le toca arbitrar un partido entre un equipo que "rasca" frente a un equipo que no le gusta un pelo que les rocen; no son buenas víctimas gente como Alves, Busquets o Neymar. El alemán le contará a sus amigos bávaros que no comprende el "guirigai" que se está montando tras ver como el 9 del Atlético zancadillea a Neymar porque no le gusta nada su conducción, le protesta cara a cara de forma vehemente y en los 10 minutos siguientes ve como da 2 patadas (una a Iniesta y la última a Busquets), que, sin ser tarjeta, te ofrecen muchos boletos para que te toque la lotería.
También comentará que ha tenido que sacar amarillas porque se han cometido muchas faltas, omitiendo su falta de criterio, o se sentirá un pobre hombre por no poder haber juzgado con más dureza la agresión de Luis Suárez debido a que sus colegas (el linier más el señor que se pone en la linea de fondo que parece ser que también es árbitro) no le han avisado. Por cierto, Infantino, ya sabes donde recortar.

Para finalizar, también Torres (Towers para Liverpool) tendrá defensores de su causa. Estaba plácidamente siendo el héroe de su equipo, el emblema del Atleti marcándole a su bestia negra, todo iba perfecto, todo encajaba en el guión de un "torrista" (towerista si era de Liverpool) pero se le cruzó un cable porque le pareció que Neymar "chupaba" demasiado. Y después de esa se enfrascó en una discusión con el árbitro como diciendo, "estoy siendo el prota de la peli, tú no tienes el valor para echarme...", y acto seguido, volvió a retar a Brych en modo "patada a Iniesta". El problema es que Torres no es mal chico, un poco viejoven (una mezcla entre toda su experiencia y esas mechas de quinceañoero) y siguió con demasiada adrenalina a por un balón dividido y Busquets olió sangre. Hombre al suelo, 100.000 hombrecillos en ebullición. 2ª amarilla. Héroe destronado.

Queda el segundo capítulo.